John Colonio
El alza del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) a bebidas azucaradas, licores y a combustibles, anunciado por el gobierno, es un evidente paquetazo tributario contra el pueblo, el cual puede genera inflación.
Para nadie es un secreto que el alza del ISC a los combustibles tiene un impacto inflacionario, que podría ocasionar el aumento de precios de productos de primera necesidad en los mercados, así como las tarifas de transporte público, por decir lo menos.
Sin embargo, los voceros del Gobierno nos quieren meter el cuento de que estas medidas buscan promover la salud del pueblo. Francamente ya es una broma pesada.
Este paquetazo estará dirigido directamente a los ciudadanos de a pie y no toca para nada a los casinos y tragamonedas y al sector minero.
Y para cerrar con broche de oro, ahora el Ministerio de Economía y Finanzas anuncia que los trabajadores independientes que ganan menos de 29,050 soles al año pagarán impuesto a la renta, una encubierta confiscación del salario de quienes ganan menos.
Quizás a los burócratas del Ministerio de Economía y Finanzas no les afecta que les descuenten un 8 por ciento de sus ingresos, sin embargo, a los que menos ganan es un golpe directo al bolsillo.
Llama poderosamente la atención que Fuerza Popular y otros partidos de oposición se hayan quedados calladitos de estas medidas tributarias contra la población.
Ya destacados tributaristas han advertido que gravar impuestos a gente que apenas puede subsistir puede generar mayor informalidad y a la larga se recaudará menos de lo que esperaba el Gobierno. Caramba, ¿Habrá pensado en ello el Gobierno?
Para tenerlo claro, una persona que gana, por ejemplo, dos mil soles mensuales es afectado por un descuento del 13 por ciento para fin previsional (aporte a AFP), con lo cual su salario se reduce en 260 soles. Ahora con el anuncio del Gobierno sufrirá adicionalmente un nuevo recorte de 160 soles por impuesto a la renta.
Es difícil que trabajadores independientes con ingresos de 2,000 soles puedan deducir impuestos por gastos médicos y odontológicos y otras 13 profesiones (como abogados, arquitectos, entrenador deportivo, fotógrafo y operador de cámaras) a través de recibos electrónicos. No me imagino a un ciudadano de a pie teniendo médico personal. Este grupo de personas con las justas hacen su cola en los hospitales públicos, donde no entregan recibos por honorarios profesionales.